A través de la escritura vemos algo que siempre me llama mucho la atención, y es el concepto de mirar atrás.
En Genesis, Jacob toma la piedra que uso como cabecera, y la alzó como señal y llamo a ese lugar Bet-el para recordar que allí era casa de Dios (Génesis 28:18-19)
En el primer libro de Samuel, Samuel toma una piedra la pone entre Mizpa y Sen y la llamo Eben-ezer para recordar que allí Dios los ayudo (1 Samuel 7:12)
Josué, después se cruzar el rio Jordán envía a 12 hombres de cada una de las 12 tribus de Israel a traer 12 piedras y ponerlas en medio del Jordán, para recordar que las aguas del Jordán fueron divididas delante del arca del pacto de Jehová (Josue 4:1-7)
Tomando lo anterior en cuenta me gustaría que meditáramos en el Salmo 143: 5-6
“Me acordé de los días antiguos; Meditaba en todas tus obras; Reflexionaba en las obras de tus manos. Extendí mis manos a ti, Mi alma a ti como la tierra sedienta. Selah”
Este Salmo, al igual que muchos otros, es un Salmo de suplica. Los primeros versículos nos hablan de la angustia de David. De como el es consiente que delante de Dios ni siquiera el es justo, el enemigo lo rodea de tal manera que lo hace sentir como si estuviera muerto.
Sin embargo, en el versículo cinco David encuentra esperanza en medio de su angustia, y la encuentra mirando hacia atrás. David escribe “Meditaba en todas tus obras; reflexionaba en las obras de Tus manos”. En medio de su angustia, David no vio a si mismo de forma introspectiva, buscando si podía encontrar la fuerzas para seguir. David busco sus piedras de recuerdo; los momentos en su vida donde la mano de Dios estuvo con el, donde el supo que allí Dios lo ayudo. Los momentos en que parecía que no podría seguir adelante, sin embargo así como Dios hizo camino en medio del Jordán, Dios hizo camino para que David pudiera seguir adelante.
La respuesta de David a estos recuerdos esta en el versículo seis “Extendí mis manos a ti, Mi alma a ti como la tierra sedienta”
¿Por qué es necesario poner una piedra en el lugar donde la obra de Dios ocurre?
Porque, mi amada hermana, tendemos a olvidar. En medio de la angustia y el dolor tendemos a olvidar que no estamos solas, que tenemos a alguien quien nos promete que si El esta por nosotros, nadie podrá contra nosotros. Olvidamos que El prometio que nunca nos dejara y nunca nos desamparara. Olvidamos que nos ama con amor eterno y que por ese mismo amor a olvidado nuestras iniquidades. Olvidamos que somos suyas, que nada ni nadie podrá arrancarnos de Su mano. Olvidamos que en este mundo tendremos tribulación, pero El ya venció al mundo. Olvidamos que no hay nada en este mundo ni fuera de el que pueda alejarnos de su amor. Olvidamos que prometio volver por nosotros.
Y me pregunto, En medio de la angustia ¿Qué hace? ¿qué recuerda? ¿A quién acude? ¿levanta sus manos al cielo en búsqueda de Aquel que prometio? O ¿Caen sus manos al suelo al darse cuenta que no hay nada en ellas?
Amada hermana, David vio hacia atrás, y pudo ver todas esas piedras de recuerdo en su camino donde Dios lo ayudo y no lo dejo. Y recordó que así como Dios lo había ayudado entonces lo seguiría ayudando ahora, no por quien David era, si no por quien es nuestro Dios.
El primer versículo dice “…Respóndeme por tu verdad, por tu justicia” David clamo a Dios basado en quien Dios es, basado en su verdad y su justicia. Usted y yo podemos hacer lo mismo. Jesus nos dice que El es el camino, la Verdad y la vida. La biblia nos dice que Jesus es la justicia de Dios. Nosotros podemos clamar a esa misma verdad y justicia de Dios porque ahora nosotros estamos en Cristo y somos recipientes de esas promesas.
Hermana ¿Tiene usted piedras de recuerdo? Momentos en los cuales usted ha visto a Dios obrar en su vida. La invito mi amada hermana a que no los olvide. A que los escriba para que puede regresar a ellos y no olvidar. Para que pueda llevar a sus hijos, sus nietos, a quien pueda ministrar, mostrándole como su Dios no la deja, como su Dios siempre esta con usted.
No olvide, mi amada hermana, que La Palabra de Dios es nuestra piedra de recuerdo mas grande. En ella puede ver como nuestro Dios es el mismo ayer, hoy y por la eternidad. Que así como estuvo con Moisés así también estará con usted. No desmaye mi amada, no olvide.